jueves, 26 de mayo de 2011

Andrei Tarkovsky cine y espiritualidad




"Religión, filosofía y arte -los tres pilares sobre los que descansa el mundo- fueron inventados por el hombre para condensar simbólicamente el infinito". Hijo del poeta Arseni Tarkovsky, recibió una esmerada educación basada en la música y en la lectura de los humanistas italianos. Desde muy joven se interesó por la literatura y la pintura y aprendió lenguas orientales. Se inscribió en la Escuela de Cine VGIK bajo la enseñanza de Mijaíl Romm; sus compañeros de clase y amigos eran Sergéi Parajanov y Mijaíl Vartanov. Su primer film es "La infancia de Iván" (1962), que ganó el León de Oro en el Festival de Venecia. Su siguiente película ya contenía todo lo que Tarkovsky podía dar: épica y espiritualidad, planos de enorme belleza, una filosofía de la historia y del ser. Pero esta película también supuso el primer de sus tropiezos con las autoridades soviéticas, que le acusaron de esteta y reaccionario. Después rodó "Solaris", "El espejo" y "Stalker", considerada su obra maestra, todas ellas con mucho esfuerzo. Tras ella se exilió en Italia, donde rodó "Nostalgia". Gravemente enfermo, y con la ayuda financiera de algunos amigos, consiguión acabar "Sacrificio", muriendo de cáncer de pulmón poco después. "No soy un profeta. Soy un hombre al que Dios ha dado la posibilidad de ser poeta, es decir, de orar de otra manera a como se hace en una catedral"

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